Pedagogía

Trabajo docente: posiciones y estrategias para planificar la enseñanza en la virtualidad

Autores: Prof. Gabriel Tobarez y Prof. Margarita Valero

Ilustración de María Zeta

 

En este artículo queremos destacar algunas cuestiones en relación al trabajo docente y a una de las tareas que implica de manera directa su ejercicio diario, sobre aquel espacio y tiempo particular donde se produce la enseñanza e intervienen diferentes lenguajes, recursos y estrategias. En estos últimos meses se ha observado un avance en las producciones en relación al sistema educativo, a los niveles de enseñanza, a lo que ha sucedido con la educación, con los aprendizajes, con la disponibilidad y el acceso a las tecnologías.

En este punto, nos proponemos trabajar en la escena cotidiana de los docentes, intentando otorgar algunas herramientas para pensar la enseñanza en el marco de ciertos escenarios virtuales posibles. Para ello, queremos dejar en claro qué entendemos por una planificación y dónde radica su importancia. No queremos dejar de destacar que han sido y son numerosas las investigaciones en el campo de la Didáctica que se han preocupado y ocupado de trabajar la problemática de la planificación, por lo que este texto sólo tiene como propósito reconocer la impronta que asumimos para entender y otorgar un marco a partir del cual proponemos llevar a cabo la planificación desde una posición sentida y válida para el trabajo docente. Lejos están las intencionalidades de habilitar una discusión de orden epistemológico que excedería completamente a este artículo.

Avanzar en la planificación implica entenderla como aquello que da cuenta del “plan” de una clase, eso que plasma o define una secuencia y un ritmo que implica el desarrollo de una serie de acciones con cierta intencionalidad vinculada al acto de enseñar. Al planificar, pienso y me posiciono desde el lugar de querer mostrar a “unos otros algo”; a poner sobre la mesa una discusión, a compartir una porción del mundo desde una mirada y recorte particular.

Entonces, para posicionarse desde el rol docente ante la planificación de la clase en medios digitales los invitamos, desde las estrategias para planificar, a mirar la propuesta en su totalidad, pensar y redefinir las estrategias comprendiendo todas las instancias que componen una clase y por ende, su planificación.

 

Planificar con medios digitales

El año 2020 nos sucumbió con la llegada de la pandemia, lo cual exigió innumerables esfuerzos por parte de docentes y estudiantes en el sostenimiento del trabajo educativo, quienes se hicieron cargo de mantener cierta continuidad en la enseñanza en sus diferentes niveles (inicial, primaria, secundaria y superior). De más está decir los múltiples avatares que han atravesado los distintos sectores para sostener esa continuidad: dificultades de acceso, conectividad, organización laboral, etcétera; dando cuenta de la complejidad que supuso a los sujetos transitar esta situación particular. Por ello, no queremos dejar de destacar que aquí proponemos ciertas estrategias que pueden ser útiles para planificar la enseñanza con medios digitales y en la virtualidad desde un escenario ideal de acceso. El propósito es poder ofrecer herramientas que, desde un plano ideal o posible, puedan contribuir a pensar procesos de enseñanza de forma comprometida con el quehacer docente en este contexto, sin desconocer que la inminente virtualización de la enseñanza ha significado diferentes posibilidades de acceso en otros sectores de la sociedad.

Avanzando en la propuesta central de este texto, y retomando nuestro posicionamiento en relación a la planificación, hay que referir a la inclusión de medios digitales para hacer frente a este contexto particular. Planificar con medios digitales no es lo mismo que planificar en la presencialidad. El tiempo y el espacio son coordenadas que inciden fuertemente en el terreno de lo posible dentro de una clase.

Sin embargo, algo hay que destacar: este acto de planificar excede a la acción individual de un docente; está regulada por cuestiones curriculares e institucionales que inciden en la práctica docente: por las condiciones laborales, por las trayectorias que cada uno posee, por las discusiones políticas y pedagógicas a partir de las cuales uno constituye las propias herramientas para poder pensar una clase.

Para acompañar esta posición es interesante retomar los planteos de Miriam Kap (2014), en donde la autora sostiene el carácter sociohistórico de los docentes, poniendo de relieve su inmersión en un contexto socio-tecno-cultural que condiciona sus prácticas. Además, la cuestión más significativa que trae para pensar la autora es la dimensión emocional de los trabajadores de la educación; generalmente se suele considerar a los docentes como sujetos carentes de sentimientos, cuyo trabajo está ligado a la mera aplicación de técnicas, dejando de lado la consideración de que el despliegue de sus tareas laborales implica también la puesta en juego de su subjetividad, incluyendo sentimientos y emociones.

Teniendo en cuenta estos planteos, trabajar con los medios digitales en una clase supone pasar, atravesar y vincularse con esos medios. En este escenario particular, constituye un aprendizaje que muchas veces se ha hecho “al mismo tiempo” en que se planificó la enseñanza en este contexto de emergencia sanitaria y, en algunos casos, ha llevado a utilizar un recurso como el “todo” de la clase. Lejos de establecer una crítica, queremos dar cuenta de que se ha hecho lo posible en la vorágine en la que se suscitaron estas prácticas. Ahora, nos encontramos en un momento para detenernos y poder pensar verdaderamente la inclusión de estos recursos y medios digitales, planteando un objetivo general que persiga un propósito de enseñanza particular: nos referimos a identificar una intencionalidad ligada al contenido y no solamente al recurso.

Por ello, queremos compartirles una forma o modo de poder planificar la enseñanza con medios digitales, sin dejar de reconocer que es sólo una posibilidad de pensarla y que hay otros formatos en los que puede llevarse a cabo. Compartimos con ustedes esta pequeña posibilidad esperando que les pueda ser útil y que cada uno pueda reinventarla en las medidas de sus aspiraciones y posibilidades.

 

Estrategias: organización de una planificación. Analizar, ver y reconstruir objetivos.

Dentro del camino de lo posible por el cual se vienen sosteniendo las prácticas de enseñanza y aprendizaje en este contexto particular, no se debe desconocer que ya se construyen estrategias. Entonces, la lectura de este apartado nos sirve de guía y a la vez de repaso para poder reconocer con qué ya estamos trabajando y qué podemos construir para continuar.

Como invitación inicial, consideramos central definir cuáles son los objetivos de enseñanza. A partir de ahí, podremos ir definiendo el resto de nuestra planificación:

  • Objetivos de enseñanza: ¿cuál es el propósito que persigo a través de la práctica? ¿qué es lo que quiero lograr? ¿qué quiero que suceda?

Este punto es clave en cualquier contexto de enseñanza, pero más aún cuando debemos atravesar el arte de adaptarnos a un entorno para el cual no pensamos las clases inicialmente. La estrategia apunta a volver a mirar, leer, reconstruir cuál es el eje que guía la propuesta que llevo adelante como docente. ¿Por qué?  la intención es no perder de vista el trabajo con el conocimiento. Trabajar desde el sentido propio de la enseñanza implica que el recurso que atraviesa los momentos de encuentro con el conocimiento potencie dichos objetivos y que no pase a otro plano. Las estrategias para trabajar la secuencia en las propuestas de enseñanza, implican proyectar la propuesta en su totalidad sin que se fragmente encuentro a encuentro.

Una vez formulados los objetivos de enseñanza de la práctica en su totalidad, comenzamos a planificar de qué manera trabajaremos con la selección y secuencia de los contenidos: ¡ojo acá! revisemos la secuencia y pensemos cada clase desde el medio por el cual las llevaremos adelante. Entonces estamos en el momento de hablar de la estrategia que decidimos llamar “redefinición de objetivos específicos para las clases en medios digitales”: 

1. Visualizar la plataforma que mediará nuestra práctica de enseñanza, repasar qué recursos ofrece y, algo de suma importancia, pensar en la interacción de los alumnos del otro lado de la pantalla con esos recursos en términos de posibilidad de trabajo. Trabajar desde la secuencia de contenidos pensando en cada encuentro mediado por la virtualidad.

2. Elegir con qué recursos diseñar cada clase: esto debe hacerse pensando en el tipo de contenido que vamos a trabajar. Debe haber un proceso de selección de contenido y de recursos que posibiliten una interacción con el contenido y que sea pertinente para lograr cumplir con los objetivos de aprendizaje. También es importante decidir con qué me siento más cómodo para trabajar, no es necesario forzar un recurso sólo porque sea llamativo o porque sea parte del mainstream actual.

Un punto a considerar al mismo tiempo que se piensan los recursos, es el trabajo en torno a las consignas:

  • ¿Qué pensamientos y aprendizajes quiero promover con las consignas? Elaborar las consignas de trabajo que se ofrecen a los alumnos requiere de una claridad tanto en la redacción como en los criterios para llevarlas a cabo. Las consignas son las mediadoras del trabajo con el conocimiento, y en los entornos virtuales, se debe dejar plasmada con suma claridad cada una de ellas. Un punto importante a considerar en el diseño de actividades es la categoría didáctica ¿Cuánto tiempo aproximadamente lleva realizar cada actividad? Es una pregunta que debe sostener el diseño de cada propuesta de trabajo con el conocimiento. Una buena idea es que uno como docente se proponga realizar la actividad que plantea pensando en las posibilidades de resolución de acuerdo al grupo para el que esa actividad está pensada.

3. Una vez que se construye el diseño de cada encuentro es importante, dentro de la estrategia, dar a conocer qué se trabajará en cada clase para posicionar a los alumnos desde una actitud anticipativa. Esto puede hacerse a través de un foro o un calendario de temas a trabajar en cada clase. Otra manera de acercar el trabajo para promover la actitud de anticipación es elaborar una guía de lectura de los temas que se abordan, invitar a ver un vídeo y ponerlo en relación con algún texto seleccionado, leer un caso práctico e indicar desde qué categorías teóricas se lo puede abordar, entre otras.

4. Mediaciones del docente: ¿cómo acompaño el desarrollo de cada clase en la virtualidad? Ya mencionamos la importancia de anticipar qué se trabajará en cada clase, también la relevancia de las consignas como herramientas de intervención y promoción de los aprendizajes. Ahora bien, ligado a esto tenemos que destacar el papel de la mediación del docente y sus intervenciones en la virtualidad. En la presencialidad, las intervenciones forman parte de eso que se dice, de lo que se comparte en la oralidad o en las devoluciones frente a respuestas de trabajo con el conocimiento dadas en la inmediatez de la clase.

Diseñar la estrategia de planificar una clase en la virtualidad nos plantea que esas intervenciones están impulsadas por el registro que ofrece la plataforma en la que se desarrolla la propuesta. Entonces, las intervenciones pueden surgir de: retomar los debates en foros; plantear preguntas; sugerir ver un video o leer un artículo; mostrar la palabra de las producciones de otros estudiantes para abrir debates y de esa manera ir introduciendo desarrollos teóricos sin que los encuentros se tornen una “exposición” por parte del docente, tensionar ideas, etcétera.

Para finalizar, como hemos dicho, los docentes despliegan estrategias que se construyen, se revisan y reconfiguran y que forman parte de la planificación. En este punto, la planificación no es determinante, no se da de una sola vez, es una especie de “hoja de ruta” que se termina de construir, entretejer y entramar en el desarrollo de cada clase, en el encuentro con los alumnos, en el acto de enseñar y de aprender. Es por esto que no se puede hablar de una estrategia en singular, sino de estrategias, en plural, reconociendo el trabajo de cada docente, con cada grupo y en cada espacio de virtualidad que se construye tanto con sus técnicas como con el tinte particular de cada uno, en el arte de enseñar.

 

Referencias bibliográficas:

  • Kap, M. (2014) Conmovidos por las tecnologías. Pensar las prácticas desde la subjetividad docente. Cap. 4: Encrucijadas y ramificaciones del pensamiento. Prometeo. Bs. As
  • Montero, J. y Equipo de Producción de Materiales Educativos en Línea. (2019). Módulo Trabajo docente: haceres cotidianos con medios digitales. Especialización Docente de Nivel Superior en Educación y Medios Digitales. Córdoba: Instituto Superior de Estudios Pedagógicos – Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba.

Gabriel Tobarez

Margarita Valero

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