Pedagogía

Cuando el trabajo colaborativo en una asignatura vuelve el cursado muy satisfactorio

Por Leonardo Balduzzi
Abogado y Mgter. en Derecho Privado
Profesor de Contratos – Asesoría legal a MiPyMEs

Jueves, 17 de noviembre de 2023

Introducción

Esta presentación tiene por finalidad relatar la experiencia en el grupo de cursado a mi cargo de Derecho Privado III (Contratos), en la carrera de Abogacía (FD, UNC) y, al mismo tiempo, exponer algunos resultados obtenidos en la implementación de propuestas pedagógicas no tradicionales. En este sentido, el Programa de Formación y Perfeccionamiento Docente (FD, UNC), a cargo de la Dra. María Ruiz Juri, Lic. Elisa Zabala, Esp. María Belén Santillán Arias y Mg. Eliana Barberis, abrió un espacio institucional muy valioso para que los profesores y las profesoras, preocupados por las dinámicas de aprendizaje, puedan conocer otras estrategias de enseñanza. Por ello, lo que aquí podrán encontrar es una pequeña experiencia aplicada de tantísimos cursos, jornadas, workshops y talleres organizados por ese equipo de trabajo.

Cuando el tiempo apremia

En el marco curricular de materias semestrales, que en realidad el tiempo de cursado no supera el trimestre, es imperiosa la necesidad de pensar diferentesestrategias pedagógicas que permitan cumplir con los objetivos trazados en el programa académico de la asignatura. Está claro que no alcanzan las clases previstas para desarrollar la totalidad de los contenidos, que en el caso de Derecho de los Contratos tiene dimensiones superlativas. El problema central radica en que, según estudios científicos, la actividad docente tradicional de explicar-transmitir conocimientos, en realidad, no impacta de manera significativa en el aprendizaje, o al menos no en forma tan radical como lo pensamos. Así que, lo bastante que podamos hacer en una veintena de clases, ni siquiera tiene carácter trascendental en el desarrollo de habilidades por parte del estudiantado. ¡Hay que hacer otra cosa!

Con el dictado de clases virtuales de emergencia durante la Pandemia (2020), y mi primer año como docente en la Cátedra de Contratos, hacia el final del cursado surgió la idea de condensar los contenidos teóricos en clases grabadas subidas a YouTube con la finalidad de optimizar las horas de cursado curriculares para realizar diferentes actividades, especialmente de tipo prácticas: análisis de situaciones, redacción de textos, respuestas a preguntas, resolución de casos prácticos, trabajos colaborativos, etc. De esta forma, a partir del siguiente año (2021) duplicamos el tiempo de cursado, dado que el alumnado puede acceder a la clase teórica en cualquier momento, en cualquier lugar, aumentar la velocidad de reproducción, pausar la explicación para tomar nota y asistir a la clase cuantas veces quiera.

La combinación de clases teóricas asincrónicas con clases prácticas sincrónicas, en nuestra experiencia particular, ha significado un cambio rotundo, en sentido positivo, de la dinámica de cursado. Permitió desarrollar la totalidad del programa académico y aprovechar el espacio de interacción (sincrónico) para entrenar habilidades descuidadas bajo el modelo de clase tradicional: identificación de palabras e ideas clave, interpretación de textos, interpretación de casos, desarrollo de argumentos, elaboración de mapas conceptuales, etc. Esta propuesta busca aprovechar el uso de soportes tecnológicos para incrementar el tiempo de interacción práctica en el aula. Puntualmente: más participación activa del alumnado en tareas significativas de aprendizaje.

Este modelo de clases combinadas modifica, ni más ni menos, que el uso del espacio y el tiempo en el aula. Es una estrategia que multiplica el espacio curricular y expande la enseñanza-aprendizaje hacia otras dimensiones. Por un lado, los contenidos estáticos ingresan al entorno virtual y desde allí pueden ser consultados en cualquier sitio y en todo momento. Por otro lado, los encuentros sincrónicos (presenciales o virtuales) son resignificados mediante actividades que permiten entrenar diferentes habilidades cognitivas.

Propuesta didáctica en equipo, colaborativa y prosumidora

El alumnado actual espera y necesita bastante más que una buena exposición sobre los puntos del programa. Así lo entienden Lion y Maggio (2019), quienes concluyen su estudio diciendo que “…los escenarios culturales contemporáneos exigen estrategias inmersivas, creativas y originales que inspiren una clase distinta para sujetos que han cambiado”. El desafío para la propuesta de 2023 fue profundizar en actividades en equipo, colaborativas y de producción de contenidos. Es así que se conformaron 10 equipos de 6 integrantes, cada uno con sus respectivos nombres: AVADEA, Azulitas, Balduzzi Boyˈs, Consumidores, Contratistas, Innominados, La Firma, Las Bestias, Las Paritarias y Los Más Grandes. Ya desde la selección de la denominación hay contenidos relacionados. ¡Qué buena discusión podrían entablar los Consumidores con Las Paritarias!

De cada unidad, los equipos tuvieron que desarrollar las siguientes actividades:

  1. 1. Seleccionar palabras clave;
  2. 2. Elaborar ideas clave o postulados fundamentales en no más de 10 palabras;
  3. 3. Responder preguntas de situaciones prácticas;
  4. 4. Elaborar tarjetas de memoria o flashcards de diferentes clases (concepto, conceptos opuestos, ideas relacionadas y ejemplo);
  5. 5. Elaborar 1 mapa conceptual sobre tema asignado por el docente o autoseleccionado.

Créditos: Tarjeta de Ejemplo elaborada por Agustina Ortega, Joaquín Colazo, Candelaria Gonza, Valentina Bersano, Yustine Oliva y Antonella Oliva.

La idea matriz de todo esto es que los alumnos y alumnas se transformen en productores y consumidores de contenidos para el aprendizaje de la asignatura (Pardo Kuklinski – Cobo, 2020). Pero no sólo consumidores de aquellas creaciones elaboradas por el propio equipo, sino también de todas las demás. Y con la particularidad de que cada cual pueda acceder a ellas cuando lo necesite, dependiendo el momento en que decida rendir el examen final, dado que la totalidad de las producciones se encuentran subidas a una carpeta compartida en el Aula Virtual. En efecto, cuando los esfuerzos son compartidos, en colaboración, los frutos del trabajo se multiplican. Cada alumno y alumna, al término de la materia, podrá acceder a 10 mapas conceptuales de cada unidad para hacer repasos rápidos de temas centrales, 40 flashcards por unidad para realizar repasos intermitentes que le permitan inclinar la temerosa curva del olvido, 20 ideas clave por unidad para calmar la ansiedad mientras espera el llamado a rendir, etc. Todas las producciones, cabe aclarar, atravesaron una instancia de corrección docente, y también de autocorrección entre los propios equipos.

Créditos: Mapa Conceptual elaborado por Abril Signoretta Merlo, Franco Monte, Ramiro Torres, Facundo Aráoz y Rafael Mammana.

El feedback de los alumnos y las alumnas

Al término del curso, el alumnado fue encuestado de modo anónimo sobre distintos aspectos de la propuesta de cursado ofrecida. Aquí mostramos los elementos más destacados de su evaluación:

Los datos revelan un alto nivel de recepción a la propuesta, lo cual indica que los alumnos y alumnas están dispuestos a empeñarse en desarrollar múltiples actividades de aprendizaje a lo largo del curso. De hecho, el feedback es positivo, aun cuando la mayoría comentó, en oportunidad de conversar sobre lo bueno y lo malo del cursado, que la modalidad le resultó exigente, cansadora, intensa. No es cierto que el alumnado prefiera la comodidad. Los resultados demuestran, además, que apreciaron trabajar en equipo, y personalmente pude comprobar que lo hicieron con entusiasmo, se rieron, hicieron amistades, realmente aprendieron mucho. Si los estudios empíricos demuestran que “…todo el alumnado (el mejor y el peor) aprende más cooperando que compitiendo” (Cassany, 2021), pues, al menos creo que debemos hacer todo lo posible por adecuar nuestra propuesta de aprendizaje a dicha realidad.

Conclusión

El cursado de una materia debe ser una experiencia satisfactoria para los estudiantes. Es que el aprendizaje constituye un hecho social. Mal o nada podemos aprender de una experiencia traumática, aburrida o desalentadora. En este sentido, los resultados aquí presentados constituyen nada más que una muestra de lo mucho que se puede hacer en el aula y fuera de ella, con sincronía y asincronía, promoviendo vínculos humanos en los entornos de aprendizaje, motivando la producción de contenidos y recursos útiles para desentrañar los contenidos involucrados. ¿Y ahora? A pensar en qué se puede mejorar la propuesta para el 2024.

Referencias bibliográficas
  • Cassany, Daniel (2021). El arte de dar clase (según un lingüista). Anagrama. Barcelona.
  • Lion, Carina; Maggio, Mariana (2019). Desafíos para la enseñanza universitaria en los escenarios digitales contemporáneos. Aportes desde la investigación. Cuadernos de Investigación Educativa. Montevideo.
  • Pardo Kuklinski, Hugo; Cobo, Cristóbal (2020). Expandir la universidad más allá de la enseñanza remota de emergencia Ideas hacia un modelo híbrido post-pandemia. Outliers School. Barcelona.

Leonardo Balduzzi

Agregar comentario