Por María Lucrecia Romero
Licenciada y Profesora en Comunicación Social
Jueves, 13 de julio de 2023
Todos nos comunicamos. Comunicarse es una de esas experiencias sustanciales y elementalmente humanas que asumimos como parte de nuestra cotidianeidad. Pero comunicarse es también, para muchas personas y en distintos campos de la actividad social, pública, una tarea, parte de su labor… un desafío. Vivida como experiencia, la comunicación representa el espacio donde cada quien pone en juego su posibilidad de construirse con otros (Mata, 2012)
El presente artículo pretende dar cuenta de la experiencia que desde el año 2019 vengo desarrollando y enriqueciendo como docente/voluntaria del TALLER DE RADIO en El Illia de la ciudad de Córdoba, Argentina, institución que se desprende de la Caja de Jubilaciones de la provincia, Ministerio de Finanzas y del Gobierno de la provincia de Córdoba. El Illia es un espacio recreativo y cultural para personas mayores, que trabaja la integración social, el envejecimiento activo y participativo de las personas mayores de 55 años, y todas sus actividades son gratuitas. A este espacio de la ciudad lo habitan jubilados nacionales y provinciales que se suman a presenciar diversos talleres como, por ejemplo, literatura, carpintería, nuevas tecnologías, actividades físicas y recreativas/culturales de las más diversas.
Es allí donde desarrollo, desde hace 5 años, el Taller de Radio del espacio los días viernes a la mañana donde nos encontramos con un grupo de entre 17 y 20 personas a debatir, intercambiar y principalmente a hacer radio. Nos une el deseo de comunicarnos y construir mensajes que lleguen a otros.
La radio no solo es el canal, sino la excusa con la cual nos encontramos para jugar con el entramado de las palabras y las experiencias sociolingüísticas que cada uno va ofrendando a lo largo de la mañana. Todo está en juego, estamos al aire.
El taller es una experiencia enriquecedora por varios motivos. El primero es que a través del taller llevamos a cabo una actividad educativa en donde el aprendizaje es mutuo, esto quiere decir que, si bien se brindan contenidos referidos a la radio, los adultos mayores se mantienen activos, desafiados y pueden desplegar conocimientos adquiridos por la experiencia de vida que enriquece no solo a sus pares sino a quienes compartimos el espacio con ellos y pertenecemos a otras generaciones. En este sentido, la vejez debe pensarse desde una concepción más amplia en la cual su integración se apoye y profundice en un cambio de sentido, especialmente en las luchas por sus derechos, a visibilizarse y protagonizar problemáticas propias, crear propuestas junto a otras generaciones de la sociedad apoyadas en el modelo de vejez activa.
Hace ya varios años venimos asistiendo a la llamada “revolución silenciosa” que trae consigo un giro político cultural, aún no evaluado ni interpretado en sus diferentes dimensiones. Este cambio patentiza al observar a simple vista las prácticas de los adultos mayores, que no son homogéneas hacia el interior del propio grupo, ni las mismas que hace décadas atrás. Los adultos mayores de hoy tienen poco o casi nada de similar a los viejos de otras épocas. Sus actividades han cambiado, tanto las domésticas como las de su vida pública, a lo que se suma el avance de la medicina y los cambios en políticas gerontológicas. Todo ello demuestra que hoy no solo se vive más, sino que los años que se transitan son más saludables, con mayor integración y participación de coetáneos y con otras generaciones.
El segundo gran motivo es la posibilidad de poder reconocernos como seres envejecientes y que todos estamos en diferentes etapas de la vida compartiendo los saberes, experiencias y vínculos sociales. Y, el tercer gran motivo es poner en valor la posibilidad de garantizar el derecho a la educación, el cual no debe ser sometido a ningún límite de edad y, en este caso, para la persona mayor, este derecho tiene una significación especial, representa una oportunidad de actualización, participación social y reafirmación de sus potencialidades.
Para las personas que transitan por esta etapa de la vida, la educación puede contribuir al desarrollo de una cultura del envejecimiento y elevación de la calidad de vida expresada en mayores estándares de salud, felicidad y bienestar.
La participación en instancias recreativas y de educación de la persona mayor tiene sus antecedentes en la formación de adultos, a la que múltiples autores han intentado conceptualizar como una ciencia, con una historia y desarrollo propio. Es preciso, entonces, considerar a las personas mayores participantes activas de una sociedad que integra el envejecimiento y que los considera contribuyentes activos y beneficiarios del desarrollo.
La educación para el envejecimiento sano es aquélla que ilumina, ayuda y acompaña en la concreción del proyecto de vida, en el ser-siendo persona mediante un aprendizaje que es horizontal, dialógico e interpersonal y que exige a cada uno vivir según valores de creación, vivenciales y de actitudes.
Algo que de manera permanente se evalúa en el taller es si la participación, la habilitación de la palabra y su circulación son correctas. Básicamente desde el taller lo que busco es promover una participación horizontal, en donde si bien como profesora me encuentro mediando actividades y moderando los debates, cada asistente puede compartir su experiencia subjetiva, la cual contiene un cúmulo de sabiduría que en este marco puede ser expresado en su máximo esplendor.
Es interesante plantear, entonces, un debate en torno a lo educativo y a la vejez dentro de este taller, es decir una articulación entre educación y gerontología, teniendo en cuenta que esta última ayuda a comprender las particularidades de la vejez dentro del conjunto del ciclo vital, y, si la vejez está incluida en ese ciclo, la intervención educativa debería incluirse dentro de la educación de adultos. Ahora, si se la considera como un estadio evolutivo con sus oportunidades y características bio-psico-sociales y éticas puede dar lugar a un campo teórico-práctico que atienda a estas particularidades.
La educación de adultos mayores como práctica social y como teoría, producida durante el siglo XX, planteó un quiebre de la racionalidad del proyecto educativo moderno, subvierte la asimetría y trastoca la relación de heteronomía/subordinación entre quien aprende y quien enseña, es por ello que va más allá de la concepción de educación, se trata de un proceso a través del cual las generaciones mayores transmiten su legado sociocultural a las nuevas generaciones.
Y para finalizar, desde el taller quiero aprovechar la potencialidad comunicativa de la palabra, el sonido, la música y el silencio. Todo ello para generar diferentes producciones radiales. Sostengo que cuando se piensa en un producto creativo/artístico, en este caso radiofónico, hay que tener en cuenta los diversos formatos en los que se puede presentar para llegar a la mayor cantidad de personas y ofrecer, de esta manera, un acceso más inclusivo al contenido.
Las producciones que realizamos dan cuenta de las potencialidades que el lenguaje sonoro posibilita en la construcción de nuevos y diferentes escenarios imaginarios, sensaciones y emociones. El lenguaje sonoro favorece una conexión emocional mucho más intensa que, vinculado a las experiencias de vida genera un producto maravilloso.
En síntesis, es importante rescatar el rasgo general de esta propuesta socioeducativa del taller de radio y la posibilidad que brinda de intensificar la experiencia y la diversificación de las potencialidades de cada adulto mayor, al profundizar las razones de vivir y facilitar la integración social.
Bibliografía
- Espinoza, J. A., & Carnino, M. A. (2010). La emergencia de nuevas prácticas comunicativas en adultos mayores en su relación con las nuevas tecnologías. Question/Cuestión, 1(6). Recuperado a partir de https://perio.unlp.edu.ar/ojs/index.php/question/article/view/68
- Yuni A. José / Claudio A. Urbano. Educación de Adultos Mayores. Teoría, investigación e intervenciones. Ed. Brujas. Córdoba, Argentina.2005.
- Yuni José / Claudio Urbano. Envejecer aprendiendo. Claves para un envejecimiento activo. Ed. Brujas. Córdoba. Argentina. 2016
- https://www.cepal.org/notas/67/Titulares2
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