Pedagogía

Debemos volver la mirada a las necesidades reales de los niños y niñas

Por Javier Villar
Profesor de Educación Física y Recreación.
Fundador y director Jardín Materno Infantil CALESITA y La Granja de Calesita.
Profesor titular QUALITY I.S.A.D. de los espacios curriculares “Juego y Recreación” y “Práctica Docente II”.
Coordinador de escuelas de fútbol del Club General Paz Junior y Coordinador de la red de escuelas de fútbol del Club Atlético Talleres hasta el año 2020.

Jueves, 20 de abril de 2023

¿Cuáles fueron las decisiones más importantes que se tomaron en estos 30 años que cumple el jardín, para que estos enfoques se vean reflejados en la educación de las infancias?

Desde que abrimos las puertas de “Calesita” en el año 1993, con muchas expectativas, anhelos, sueños y miedos también, tal vez por nuestra edad en aquellos años, estuvimos convencidos de que queríamos recibir a cada personita en un lugar especial, en el que cada niño y niña que habitara nuestro jardín pudiera encontrar todos los días un espacio, físico y afectivo, que le permitiera crecer feliz.

Hace cuatro años creamos un nuevo espacio “La Granja de Calesita” con una innovadora propuesta, en la que convivimos todos los días con animales. Este nuevo espacio marcó nuestra trayectoria.

En su proyecto institucional, se ve una fuerte impronta de actividades vinculadas con los animales y la tierra ¿por qué cree importante la relación vida en la naturaleza e infancias?

Vivimos en una época, en la cual necesitamos estar “conectados”, pasamos gran parte del día tal vez pendientes de una pantalla (cualquiera sea su tamaño), y hasta muchas veces cometemos el grave error de facilitarles esos dispositivos a nuestras niñas y niños.

Debemos volver la mirada a las necesidades reales de los niños y niñas y esa gran necesidad de “poder jugar”. El filósofo griego Platón, descubrió que el juego es un instrumento que prepara a los niños para la vida adulta, es por ello que lo podemos considerar como una valiosa herramienta educativa.

Será entonces tarea nuestra (la de los adultos) generarles esos espacios de poder descubrir el mundo a través del juego. Detener nuestro trajín de grandes, y por un rato sentarnos en el pasto, remontar un barrilete, contemplar juntos las estrellas, juagar y cuidar nuestras mascotas.

Es impactante ver la “conexión” que descubrimos a diario en nuestro jardín, entre los niños y niñas y las ovejas, llamas, cabras, pavos reales, faisanes entre otros animales.

En su propuesta, se observa también el cuidado del medio ambiente, ¿qué saberes cree que se promueven al trabajar con educación ambiental?

En mi formación como Profesor de Educación Física fui descubriendo mi interés por este contenido. Al recibirme, pronto ingresé a la escuela (casi al mismo tiempo que abríamos Calesita), y fue allí donde comencé a poner en práctica mis saberes sobre la Vida en la Naturaleza, contenido que no dudé en aplicar en mi jardín con las infancias.

Partiendo de no subestimar las edades de los niños y niñas, estoy convencido que podemos transmitirles desde tempranas edades, la importancia de cuidar nuestra única casa, el planeta tierra. Y eso se irá dando con acciones simples, pequeñas (porque ellos lo son), pero de todos los días y sostenidas en el tiempo.

Hace poco realizamos la actividad Mensajeros de la naturaleza y abordamos una problemática ambiental que sucede en nuestro país con un animal en peligro de extinción: el yaguareté. Lo hicimos también de una manera lúdica con los niños y niñas, en donde emocionaba ver cómo pronunciaban apenas su nombre y de una manera informativa y con estadísticas hacia las familias.

¿Cuáles son, a su criterio, los pilares en la formación en el nivel inicial del sistema educativo? ¿Cómo los implementan en el Jardín?

En los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios (NAP), direccionados por el Ministerio de Educación hacia el Nivel Inicial, se sostiene:

El juego en el Nivel Inicial orienta la acción educativa promoviendo la interacción entre lo individual y lo social, entre lo subjetivo y lo objetivado. (…) son los propios niños los que marcan los rasgos comunes del juego que siempre supone desafío.

Si entendemos el juego como un producto de la cultura podemos afirmar que a jugar se aprende, y en ese sentido se recupera el valor que tiene para el desarrollo de las posibilidades representativas, de la imaginación, de la creatividad, y de la comprensión de la realidad”.

Núcleos de Aprendizajes Prioritarios. Educación inicial, pág.14

En nuestros jardines afirmamos cada día que, si a jugar se aprende, pues entonces, todo el equipo docente tiene el gran desafío de enseñar diversos contenidos y valores por medio del juego.

A partir de su mirada de la educación inicial, ¿qué aspectos considera esenciales al momento de educar en contextos complejos y, en gran medida impredecibles, como los que vivenciamos?

Reconozco que esta es una pregunta que me detuve mucho a pensar, ya que la palabra “complejo” e “impredecible” en el mundo de la infancia son palabras realmente maravillosas, justamente porque los niños y niñas son seres pequeños complejos e impredecibles. Esto es para los educadores un gran desafío todos los días.

Ahora bien, los contextos complejos e impredecibles, los generamos los adultos. Considero muy importante el ser precavidos, en los diálogos entre adultos si hay niños y niñas presentes, volver al respeto por las autoridades (seños, directivos), valorar la importancia del rol docente en la formación de las infancias (algo que quedó muy en evidencia en épocas de pandemia con ellos en casa), entre otras tantas acciones que podemos anticiparnos los adultos.

Los centros educativos serán entonces el soporte y acompañamiento de la primera educación y de la mejor escuela, que es la familia.

¿Cómo involucran a las familias en el proyecto educativo institucional del Jardín?

Cada niño y niña que llega a nuestros jardines lo hace acompañado por un integrante de la familia. ¿Cómo no involucrar entonces a las familias?

Es así que lo hacemos compartiendo, logros y avances, situaciones que despierten alguna alarma, reuniones de padres, entregando sus informes de madurez, etc. Pero sobre todo, considero que somos una institución que se caracteriza por tener nuestras puertas abiertas a la escucha, y también por mostrarnos tal cual somos, ya que en las actividades especiales (se les entrega un Proyecto Anual, de todas nuestras grandes actividades a lo largo del año), como familia, los necesitamos de “cómplices”, acompañándonos en las salidas, en la preparación de las comidas, en la elaboración de los asados para los niños, en la preparación de las camas para la noche de pijamas, entre otras tantas actividades.

Generarles estos espacios a las familias, nos ha demostrado en todos estos años, cómo se acortan distancias entre las instituciones (familia– jardín) y, sobre todo, cómo le brinda confianza y seguridad a las niñas y niños el hecho de ver a sus seres queridos en el mismo lugar que ellos habitan todos los días.

¿Qué es lo que más valoran como positivo en la experiencia del Jardín en todos estos años y cuáles son los desafíos a futuro?

Lo positivo es ver en los jardines el sueño que construimos hace 30 años junto a mi esposa Marcela Miravet (docente de Nivel Inicial) y que sigue creciendo. Ver nuestros hijos que ayer jugaban en los rincones del jardín, y que hoy son docentes también implica tomar aire por un ratito y entenderlo como algo muy positivo.

Hoy tenemos dentro de nuestros jardines ex alumnos que traen a sus niños y niñas, eso es algo que no se explica con palabras, ni se puede describir.

Sin dudas, hemos escrito en nuestro libro imaginario de infancias muchas páginas. Como un gran desafío anhelamos poder seguir escribiendo muchas más, para seguir “formando niños felices”.

Javier Villar

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