Pedagogía

Una invitación a transitar otro tiempo: el de la escritura.

Querido lector: Usted se encontrará, en las siguientes páginas, con un itinerario dispuesto para recorrer diferentes momentos de la planificación y puesta en práctica de un taller con docentes. También podrá visitar y descargar recursos que fueron utilizados y creados pos experiencia. Entonces, como en toda hoja de ruta, usted puede elegir por donde empezar.

Viernes, 12 de agosto de 2022

Este escrito tiene como objetivo compartir repercusiones, sensaciones, recursos, y algunos fragmentos de las producciones realizadas por docentes de diferentes escuelas secundarias de Córdoba (de gestión privada y pública), en el marco del “Taller de escritura de cartas”. El mismo tuvo lugar durante las Jornadas de Puertas Abiertas (https://www.ubp.edu.ar/jornada-de-puertas-abiertas/) en UBP durante el corriente año.

Quizás se pregunten ¿Porqué un taller de cartas?

El impulso en este caso está puesto en volver sobre algunas texturas analógicas, intentando poner (al menos por momentos) en suspenso lo que habitualmente hacemos cuando le escribimos a alguien por medios digitales. Un retorno a prácticas que nos requieren “otro tiempo”; un tiempo de pausa en donde el puño y la letra van dictando lo que se quiere decir, lo que se desea escribir, con la precisión de que aquello que se imprime con la lapicera no es tan fácil de borrar y deja su huella.

Esta invitación a escribir congrega a docentes de diversas edades, disciplinas y trayectorias. Cada quien aporta desde su propia experiencia e historia en relación con esta manera peculiar de escritura. Es la intención, tomar de aquella forma de comunicarnos de “antes” todo lo poético, lo cercano y lo lejano; todas las sensaciones que este género suscita.

Las cartas llegan, de tanto en tanto, sin saber de soles y lluvias. Caen en medio de la tristeza o de la alegría.

(Correa A. Esteves C, 2017 Ediciones de la Terraza)
Primer momento: Diálogos interinstitucionales.

En cada una de estas jornadas, el encuentro con los/as docentes que concurrieron  acompañando a estudiantes tiene lugar en una sala especialmente dispuesta para la ocasión. Se genera una primera instancia de recibimiento y circulan preguntas como ¿En qué escuela trabajan?, ¿A cuántos estudiantes acompañan hoy en esta salida educativa?, ¿Cuántos docentes vinieron de la misma institución?, entre muchas otras.

Esta situación de apertura acerca (arrima) a cada docente a otros/as colegas que trabajan en instituciones del mismo nivel, a veces conocidas y otras no. Luego se abre una conversación en base a la complejidad y particularidad que conlleva el acompañamiento de jóvenes que están cursando su 5to o 6to año, próximos a finalizar su trayecto por la educación secundaria obligatoria. Este momento es sumamente rico. Desde cada realidad institucional, y anclados/as en sus propias experiencias, muchos docentes comparten vivencias personales, sensaciones y preocupaciones que transitan en el contacto cotidiano. Se ven implicados e interpelados por aquello que sucede en las aulas y en conversaciones con estudiantes. La experiencia circula, el saber se comparte y valora.

El registro de lo que pasa en los pasillos, la sala de profes y en las aulas, tiene muchos puntos en común. Los comentarios luego de escuchar algunos relatos son: me pasa lo mismo (con miradas cómplices), los estudiantes de mi cole dicen lo mismo, te entiendo completamente; sé de que hablás. La circulación de la palabra genera un intercambio entre referentes de diversas instituciones acerca de relatos propios y formas de abordar determinadas problemáticas al interior de las aulas en donde convergen situaciones similares, hay algo en común

El espacio de intercambio sobre experiencias y saberes de la práctica docente en espacios educativos impregnados por los vestigios del aislamiento y la inmersión en nuevos lenguajes y lógicas (entre tantos otro factores), reconoce la complejidad por la que estamos atravesando como sociedad. Para muchos/as docentes hoy la realidad de las escuelas está atravesada por la necesidad de (re)construir lazos de identificación y pertenencia que involucra ponerse en juego corporal y emocionalmente.

Momento de escritura

Se extiende la propuesta de escritura para el grupo de docentes presente. Para sostener este momento y habilitarlo predisponiéndonos de manera acorde, se ofrece una mesa con elementos especialmente seleccionados para tal experiencia. Escribir cartas no es una tarea sencilla. Ponerse manos a la obra implica entrar en situación de a poco y desde diferentes puertas de entrada. Se les pregunta: ¿Hace cuánto que no escriben una carta? ¿Alguna vez lo han hecho?

La mesa de trabajo que acompaña la invitación a la escritura, está compuesta por fibras de colores, lápices y lapiceras, sobres de diferentes tamaños, hojas blancas y rayadas. También se comparten una serie de estampillas previamente seleccionadas que contextualizan e incentivan estéticamente a un adentramiento al género epistolar y a la escritura narrativa.

¿A quién le vamos a escribir? Esta es una de las preguntas que casi instantáneamente surge cuando cada docente se acerca a elegir los elementos para comenzar con la escritura de la carta. A modo de consigna abierta, la carta puede estar dirigida al curso que están acompañando o bien a determinados/as estudiantes. El momento previo a la escritura, nos encuentra con testimonios en primera persona sobre las implicancias, miedos, incertidumbres y diversas situaciones por las que han atravesado algunos docentes al encontrase finalizando su propio trayecto por la educación secundaria. Algunos de los interrogantes que recuerdan son: ¿Qué quiero estudiar? ¿Puedo estudiar y trabajar? ¿A qué me quiero dedicar? ¿Qué me gustaría hacer de mi vida luego del secundario?

Se convierte en una posibilidad, para quienes se atrevan, a realizar esta carta a sí mismos. En este caso la invitación podría tratarse de traer a la memoria lo vivido al momento de decidir, ofreciendo mediante la palabra presente, impulso para los anhelos del pasado, y aliento para ese momento ya que (desde la misma experiencia relatada) muchas veces esta instancia se ha atravesado con angustia y tensión.

Cuando están nuevamente en sus lugares con todo lo necesario para dar comienzo al momento de escritura se comparte una breve lectura. Una selección del libro “Si tuviera que escribirte” (Ediciones la terraza, 2017). Tanto el fragmento elegido, como el libro en sí, convidan detalles para darle rienda a este momento, y suman sensibilidad.

Es notorio como el silencio se hace presente y se apodera de a poco del espacio. No es un silencio incómodo, es inquieto y movedizo, a veces interrumpido por el ruido de la hojas sobre la mesa, las fibras sobre el banco, o un susurro. Entre colegas, van comentando algunos detalles, pero cada quién se enfrenta a la hoja vacia, en blanco y empieza a dibujar (algunos con más naturalidad que otros) las primeras palabras que los destinatarios elegidos leerán. Las miradas se pierden en puntos ciegos, este escenario muestra como algunos bucean en búsqueda de las palabras adecuadas, de las expresiones pertinentes, para darle cuerpo a lo que desean transmitir. Las emociones se dejan entrever, con la mirada puesta sobre el papel. Algunas risas brotan de manera instantánea, también ciertas miradas serias y como quien no quiere la cosa, alguna que otra lágrima se escapa casi sin dejar registro.

Conectar con la escritura desde la propia historia y el vínculo pedagógico construido y sostenido en el día a día es un puente directo con la sensibilidad y lo profundo del hacer docente. El involucramiento con esta actividad pone en tensión propias concepciones y formas de mirar el mundo. Desde este lugar, convidar palabras mediante una narración donde los destinatarios serán jóvenes (devenidos en sujetos de aprendizaje) conlleva una toma de posicionamiento ética y estética.

En un tiempo distinto, en medio de la vorágine de todos los días, se construyen estas cartas. Se cierra esta instancia con la decoración de los sobres con las estampillas y la escritura del remitente y destinatario. Algunos docentes se animan a compartir en voz alta lo escrito. Esta lectura anima a otros a hacer lo mismo y los aplausos y comentarios con devoluciones y palabras amorosas brotan como cierre del taller compartido.

Momento de cierre

¿Qué nos deja esta experiencia?

Cada encuentro con docentes es muy particular, en cada uno de los talleres dictados lo conversado y compartido es único. Este formato experiencial confirma el vínculo entre lo poético, la escritura y la práctica educativa como ejes posibles de interrelacionar y conjugar. La oportunidad que construir y compartir con docentes un espacio flexible y pensado para ellos/as no sucede todos los días. Los diálogos descontracturados y espontáneos surgen cuando se proporcionan las condiciones para acercarnos para entrar “en confianza”. En este caso las cartas (quizás como excusas) jugaron como puente hacia lo inimaginable. La planificación de los momentos que constituían este taller, en cada puesta en práctica, viraron hacia lo posible, hacia lo que el grupo de docentes proponía y sostenía. M. Teresa Andruetto aporta en relación compartido hasta aquí, lo siguiente:

No hay una sola verdad, la vida es insegura, inestable; también la escritura.(…) el gran aprendizaje es cómo mirar intensamente, cómo no ser un mero espectador. Lo más político del asunto es poner en cuestión mis certezas; lo que une al arte con la política es la posibilidad de establecer disenso, cómo salir de uno mismo para mirar desde otros. Busco detalles (la creación está en los detalles), los grises, los bordes, lo incierto, lo incómodo. Todo es importante pero el narrador y su punto de vista son lo más importante de todo. (…) La literatura es memoria no solo histórica, sino también memoria del cuerpo, de la vida cotidiana.

(Andruetto, 2021)

Estas últimas palabras, incentivan la búsqueda de los grises, de otros colores, otras experiencias, de lo desconocido, de los detalles, de las voces que se entrecruzan en los espacios que compartimos. De un registro de lo cotidiano, y la potencia que guardan ciertos gestos, en este caso una carta. 

Pd: Si tuvieras que escribir una carta ¿Por dónde empezarías?

Descargables
Referencias

Lucia Macarena Rodriguez

Maria Belen Santillán Arias

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