Pedagogía

La incorporación de RISE 360° en la plataforma virtual de la UBP

Por María Garay
Prof. de Lengua y Literatura Inglesa
Esp. en Didáctica de Lenguas Extranjeras
Lic. En Gestión Educativa

Jueves, 28 de julio de 2022

Las TICs son una fuente constante de interés y nueva literatura en el ámbito de la educación. Las opciones para incorporarla a la enseñanza tanto presencial como remota no paran de surgir y sorprendernos. En ese sentido, la Universidad Blas Pascal (UBP) se ha propuesto innovar en esta materia y ha comenzado a utilizar la aplicación RISE 360° para distintas diplomaturas y cursos tutoriados que se abrieron en 2022.

¿Qué es RISE 360°?

RISE 360° es una aplicación web de Articulate 360 que permite crear cursos muy atractivos visualmente y que se adaptan automáticamente a cualquier dispositivo sin requerir grandes conocimientos de diseño o tecnología por parte de su creador. Utiliza una serie de plantillas predeterminadas que se pueden combinar infinitamente para elaborar cursos de cualquier índole. A diferencia de otras plataformas online en las que el diseñador debe valerse de herramientas adicionales como H5P o Genial.ly, RISE 360° trae estas funcionalidades ya integradas en sus plantillas para crear contenido interactivo e integrado al diseño ya elegido para nuestro curso.

¿Qué beneficios tiene RISE 360°?

Pese a que su ventaja inicial pareciera ser una mejora cosmética con respecto a otros recursos disponibles para el aprendizaje online, nuestra experiencia hasta el momento nos indica que la mejora se encuentra en el cambio de mentalidad en el docente que diseña un trayecto de aprendizaje y en el alumno que cursa ese módulo. Lejos de ser sólo un cambio de look, RISE 360° invita al docente a pensar cursos donde el centro del proceso sea la interacción con los contenidos y donde las actividades y su retroalimentación inmediata acompañan al alumno a prepararse para los encuentros sincrónicos que mantendrá más adelante con sus compañeros y tutor. Este cambio de paradigma, acorde con los principios del aula invertida, permite al participante adquirir mayor protagonismo, interactuar con el material leyendo, escuchando audios grabados por el docente o insertados desde fuentes externas, ver videos, seguir pestañas y links de navegación dentro del curso y controlar sus aprendizajes con las distintas posibilidades que RISE brinda para el control de conocimiento. Todo esto desde el lugar, momento y dispositivo que más cómodo le resulta para avanzar a su propio ritmo.

Si bien este beneficio también puede lograrse muchas veces con otras plataformas de aprendizaje online, RISE 360° ofrece un entorno vistoso, interactivo, fácil de navegar y rápido de crear.

¿Cómo enfrentarse a la tarea de crear un curso en RISE 360°?

Ya sea porque se nos solicita incorporarlo a nuestros cursos o por interés personal, compartimos algunos tips que pueden ayudar a cualquier interesado en utilizar esta innovadora aplicación:

La curiosidad, ante todo: Al igual que con cualquier herramienta nueva, la curiosidad e interés por aprender sobre ella es un importante primer paso. Antes de comenzar a delinear nuestro curso y esbozar su estructura, es conveniente explorar lo ya hecho por otros tutores. Ver ese material, acceder a la aplicación y revisar sus funcionalidades son un excelente puntapié para pensar nuestro contenido.

Muchos autores que analizan el impacto de la tecnología en los procesos de enseñanza y aprendizaje hablan sobre los distintos niveles de transformación y los describen desde un simple cambio de formato (pasar de un pizarrón a un PowerPoint, por ejemplo), una mejora (la inclusión de una herramienta que amplía las funciones que antes se tenía) o una redefinición (la creación de actividades que surgen de la naturaleza de este nuevo medio). Sólo podremos alcanzar el nivel de redefinición si conocemos hasta dónde podemos llegar con las posibilidades que RISE 360° nos brinda.

Salir de la zona de confort: Aquellos docentes que estamos familiarizados con el diseño de materiales tenemos adquiridas una serie de ideas, pautas y formatos que solemos replicar en cada curso nuevo. En este sentido, la transferencia directa de estas estructuras a un curso RISE sería solo un cambio de medio, algo así como leer un archivo PDF en un entorno más vistoso, pero no la redefinición a la que apunta las verdaderas innovaciones. Para ello, es importante pensar nuestros cursos RISE desde las plantillas de la aplicación: explorar al máximo las posibilidades que nos brinda para presentar y practicar los contenidos. Sin caer en el error de hacer de nuestro curso un catálogo exhaustivo de plantillas RISE, podemos estudiar qué formato (pestañas, procesos, acordeón, citas, imágenes interactivas) serán los más apropiados para cada parte de la clase, qué encabezados y soporte visual, que podemos obtener del banco de imágenes, acompañarán cada sección y qué recursos (opción múltiple, casillas de verificación, completar, emparejar, etc.) le permitirán al participante realizar un control de lo aprendido hasta el momento. Para ello, hay a disposición un sinfín de tutoriales e instructivos que les permitirán elegir la mejor opción para cada situación de aprendizaje.

Pensarnos como facilitadores: Una de las tantas ventajas de RISE es la posibilidad de generar actividades con retroalimentación inmediata para el alumno y que no generen ningún reporte de actividad para el docente. Si bien inicialmente muchos tutores reaccionan preocupados ante esta característica, pronto entienden que brindar la posibilidad de que el alumno se equivoque, repita un ejercicio cuantas veces quiera y pueda acceder a las respuestas correctas sin ninguna intervención del tutor es fundamental para el aprendizaje autónomo. El tiempo del docente entonces, en el caso de los cursos tutoriados, puede ser destinado a guiar al alumno y monitorear actividades que implican habilidades cognitivas más complejas. Como en cualquier entorno de aprendizaje a distancia, son las tareas que proponemos las que van a generar esos espacios de construcción de saberes: proponer un camino interactivo claro y acompañado de momentos de puesta en práctica de esos saberes, generará los momentos de apoyo que Onubria (2005) entiende como necesarios en el aprendizaje virtual. El diseño de estas actividades, entonces, y su creación a través de las plantillas de RISE debe ser la estrella de nuestro material y no un último apartado que incluimos para cumplimentar con los requisitos en cuanto a la estructura del curso.

Incorporar el aula invertida como método de enseñanza: Pensar un curso con las características ya planteadas sólo adquiere sentido si al momento del encuentro sincrónico, en el caso de los cursos tutoriados, el alumno mantiene el protagonismo, y las actividades -ahora de aplicación, evaluación y creación- siguen siendo la razón del intercambio entre los asistentes. Mantener el modelo tradicional de la clase expositiva luego de haber invitado al alumno a leer, reflexionar y aplicar, no aporta nuevos conocimientos ni amplía los saberes ya presentados y procesados por el alumno previo al encuentro. Por este motivo, es esencial conocer nuestros objetivos para cada sesión, diseñar instancias que permitan el intercambio de opiniones, valoraciones, vivencias y reflexiones que requieran los saberes ya adquiridos y que éstos se enriquezcan gracias a las intervenciones de los participantes. Es así como el tutor acompaña al alumno a través de actividades que permiten aprender y no malgasta el tiempo en impartir conocimientos que ya fueron presentados. Si bien muchas veces este cambio implica nuevas costumbres que tanto el tutor como el asistente deben adquirir, este mejor aprovechamiento de los recursos, tiempo, espacio y participantes, potencia las posibilidades de aprendizaje.

El aprendizaje online es una poderosa fuente de conocimientos y esta nueva herramienta ayuda al estudiante a mejorar su experiencia, a sentirse protagonista de su propio camino de conocimiento y a adquirir nuevas estrategias como alumno digital. Está en nosotros, los docentes, conocer todas sus posibilidades y ponerlas en uso en pos de una verdadera innovación educativa.

Referencias bibliográficas:

María Garay

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