Pedagogía

La experiencia de realizar un Trabajo Final innovador: el desafío de integrar la educación y el teatro.

Por María Jimena Espeche
Prof. de Artes en Teatro
Lic. En Gestión de Instituciones Educativas, Universidad Blas Pascal 

Jueves, 17 de agosto de 2023

La realización del Trabajo Final de Carrera (TFC), para la Licenciatura en Gestión de Instituciones Educativas, se presentó como un gran desafío de mi formación académica,  hay varias razones para ello que compartiré a lo largo de este escrito.

El inicio de la carrera

En mi caso, el estudiar surge a partir de una situación personal, de ésas que nos cambian la vida de un instante al otro, y que desmoronan estructuras existenciales para invitarnos a reconstruir el sentido de nuestra vida y seguir adelante avizorando nuevos rumbos.

En medio de esa búsqueda llegó también el aislamiento por la pandemia y la respuesta de la Universidad Blas Pascal a la información que había solicitado en relación a mi postulación para inscribirme como alumna de la “Licenciatura en Gestión de Instituciones Educativas”. Entonces, no lo dudé y pensé que era mi oportunidad para estudiar lo que me había quedado pendiente hacía unos años; ése sería el sentido que necesitaba y allí enfocaría mis pensamientos, en adquirir nuevos conocimientos y cumplir mis deseos.

Con una carga emocional muy particular, afronté la carrera y allí se presentaron nuevos desafíos, ya que si bien soy docente, nunca ejercí frente al aula, sino que lo hice en el campo de la educación informal donde todo es distinto, sólo concurren los interesados en aprender lo que se enseña, van por motus propio, sin obligación de asistir.

He aquí el reto que afronté, ya que en muchas asignaturas debí resolver situaciones áulicas imaginando todo, ya que no es mi ámbito de trabajo, ¡todo un desafío!, del que salí sumamente airosa.

El cursado en marcha

La carrera fue transcurriendo entre las distintas problemáticas propias del área de estudio, integrando las experiencias de la vida, siempre aprendiendo, compartiendo y equivocándonos, y por fortuna aprendiendo también de los errores que nos permiten volver a intentar, a recomenzar, y a  decidirse para dejar las malas prácticas en el camino.

Cuando todo estuvo listo, el desafío final fue comenzar a pensar la tesis o como llamamos nosotros el Trabajo Final de la Carrera, como ese momento más importante ya que marca si aprendimos y cuánto, ¡gran evaluación en este proceso educativo!

Siempre tengo la idea de innovar y crear como buena Profesora de Artes en Teatro, y esta instancia fue guiada también por esa costumbre, así fue que decidí presentar un proyecto relacionado con la creación de un colegio donde se enseñara teatro como aprendizaje formal desde el Nivel Inicial. Comencé a desarrollarlo, lo presenté para su primera aprobación y la observación de inicio me dejó en of side: debía abordarlo como proyecto de intervención, no era cualquier proyecto.

¡Otro reto! Ahora me tocaba investigar para responder a la pregunta ¿cómo se realiza un proyecto de intervención? Significó sumergirme en lecturas de distintos autores con perspectivas diferentes lo que me llevó a decidir qué autor se adaptaba más a lo que estaba creando, a fin de elaborar el marco teórico y metodológico más adecuado.

De a poco, el trabajo final fue tomando forma y cuando la directora de tesis, consideró que ya estaba en condiciones, con mucho entusiasmo lo entregué para su evaluación.

Y llegó ese golpe de gracia… Faltaba algo demasiado importante… Había que adecuar ese formato al solicitado por la Universidad y ahí sí quedé con muchas ganas de finalizar mi intención de presentar el trabajo final de carrera hasta que la inspiración volviera a mí.

Transcurrieron varios días y finalmente mi susto se fue. Pude adquirir esa tranquilidad necesaria para ver de qué manera adecuar lo escrito al formato solicitado, y con mucha paciencia resultó, y así pude realizarlo y entregarlo.

Ahora debía esperar para saber si debía corregirlo en algún aspecto, pero con grata sorpresa me dijeron que estaba listo y debía abocarme a preparar mi defensa de Trabajo Final.

La defensa del TFC

Y llegó la propuesta de gran desafío, me plantearon desde la Universidad, que por el tema abordado en el Trabajo Final y el área de mi desempeño, podía realizar una defensa diferente a las tradicionales que se llevan a cabo con el respaldo de un Power Point y una exposición.

La propuesta podía consistir en dar una clase, una representación, o una obra entre otras, y aunque rápidamente respondí: ¡Ah, sí, qué bueno!, en realidad en mi cabeza pensaba que mis neuronas estaban agotadas y con pocas energías para crear.

Me tomé mi tiempo y en mi momento de crisis, me dije:  no haré nada creativo ni menos que menos innovador, hasta aquí llegué, voy a preparar un Power Point y la clásica exposición, como todos, mi mente no dá para más”.

Pero como pasa siempre, o quizás por algo, en contadas ocasiones, depende de cómo se mire. Justo, en ese instante, llega a mi celular un audio de la asesora metodológica quien me contaba que precisamente en esta Revista “Misceláneas Educativas”, están tratando el tema de las tesis académicas y querían hacer una nota con mi experiencia al respecto ya que podría marcar un antes y un después, por la manera innovadora de defender el TFC. Esto quería decir que ya no había vuelta atrás y debía plantear una defensa original e innovadora, Uy, ¿y ahora? -pensé-.

Otro desafío más… la innovación educativa, llegaba a la defensa de la tesis y me preguntaba “¿qué plantearía?, ¿cómo lo desarrollaría?”.  Los días corrían, el plazo se acortaba y la inspiración esfumada, ni miras de aparecer.

  • Opciones y dilemas

Pensé en una clase, pero el ámbito académico y quizás la falta de familiaridad con el teatro de quienes estuvieran allí significaría ponerlos en una exposición que sería contraproducente a lo que pretendía mostrar, entonces no se adecuaba a la situación ¡que dilema!”.

Una obra o un monólogo, resultaría poco oportuno para una defensa y ni hablar de una obra de teatro, ya que al ser día de semana y a la mañana, imposible conseguir actores que puedan acompañarme para esa producción.

Fueron días intensos, de pensar y repensar cómo preparar una defensa que sea innovadora, diferente y novedosa, sin perder su característica académica. Luego de jornadas caóticas, por el cansancio y la responsabilidad que implicaba el compromiso asumido por fin llegó la musa inspiradora, tan ansiada.

De la lluvia de ideas que daría paso a una representación, surgió que me pondría en el rol de directora del Nivel Inicial del colegio creado en mi propuesta, y daría una reunión informativa para padres interesados en la formación innovadora del nuevo colegio, que abriría sus puertas el próximo año lectivo 2024.

  • La puesta en escena elegida

La representación incluyó: una presentación en formato Power Point, requerido por la formalidad académica, tres (3) ejercicios de una clase de teatro, cada uno hizo alusión  al  inicio, desarrollo, que fueron uno a continuación de otro ni bien iniciada la defensa, y el cierre. Como actividad final de la exposición-representación y clases, todos los ejercicios fueron muy bien pensados, una relajación, una presentación y la lectura de un texto de mi autoría, que cada uno tuvo que leer de manera diferente de acuerdo con la consigna.

Los ejercicios que los exponía a quienes los realizaban, significaban a la vez un momento de distensión y de soltura, y a la vez generaban un clima placentero y de risa, dejando de lado  la incomodidad, la timidez y la inhibición.

De esta manera el Tribunal de Trabajo Final, representó dos (2) roles dentro de la defensa, el de madres de alumnos y el de alumnos al hacer las actividades planteadas, sin olvidar que en realidad estaban evaluando una defensa académica.

Ecos de la experiencia

Puedo decir que fue una defensa mágica, porque se percibió un ambiente relajado y predispuesto, donde la sorpresa estaba a la orden del momento, el juego fue la estrella que permitió experimentar la diferencia entre lo escrito en el trabajo y lo vivenciado, al pasarlo por el cuerpo y sentir bienestar.

Recomiendo la experiencia para quien se anime a vivirla y experimentarla, ayudará a descontracturarse y tomarla de manera más natural. Para mí fue inolvidable, y agradezco a las autoridades de la Universidad Blas Pascal esta oportunidad que me brindaron.

¡Mi Licenciatura, fue todo un desafío desde el principio hasta el final!

María Jimena Espeche

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