Pedagogía

Storytelling en educación: el arte de narrar para emocionar

Por Rosana Fernández
Lic. En Comunicadora Social
Esp. en Comunicación y prácticas educativas
Coach ontológico

Jueves, 18 de mayo de 2023

¿Cuántas historias te contaron en tu niñez y aún guardas intactas en tu memoria? ¿Cuánto tiempo has invertido o inviertes hoy en contar historias a otros para lograr un impacto similar a este?

Narrar historias es, sin dudas, una práctica social que nos precede y nos remonta al calor de una hoguera en alguna tribu o en cualquier lugar, donde el mero acto de narrar no solo tenía como objetivo el entretenimiento sino, por sobre todas las cosas, la acción de educar a niños y jóvenes en los valores y normas centrales de aquella pequeña comunidad.

Por esta razón, entre otras, es que no debería sorprender que la narrativa cobre sentido y valor en los contextos educativos a partir del surgimiento del storytelling. Esta tendencia se debe al reconocimiento de que dicha acción aporta recursos y herramientas poderosas para comprender la experiencia humana, al tiempo que permite influir y persuadir.

Definido como el arte de contar historias, el storytelling se presenta entonces a los docentes como una efectiva herramienta que permite emocionar y desde allí enriquecer la experiencia educativa en el aula aumentando, la capacidad de comprender, el grado de interés, y sobre todo la gradualidad y la velocidad o ritmo de aprendizaje de los estudiantes, cualquier sea el nivel.

Para llevar adelante la aplicación de esta poderosa estrategia y transmitir conocimientos de una manera más efectiva, algunos de los puntos a considerar son:

1. Tener un objetivo claro para su desarrollo y aplicación áulica. Dos preguntas claves en este sentido serían: ¿qué queremos conseguir con esta historia?, y ¿qué teorías y conocimientos estarán presentes en ella?

2. Establecer un sentido o dirección clara del relato, respetando una estructura que implique, sobre todo, un desenlace de impacto, una serie de emociones concretas y, lógicamente, un significado definido por un mensaje clave con el que se quiere conmover a los estudiantes.

3. También será fundamental llevar adelante una investigación que permita recolectar ideas y documentar información que dé sustento bibliográfico a la historia que se pretende contar.

4. A la hora de diseñar el guion, pues el storytelling no se sostiene en un proceso improvisado, será necesario organizar y gestionar recursos materiales, tecnológicos y humanos; fijar un tiempo de trabajo y de duración del propio relato y establecer un proceso de toma de decisión claro que comprenda el antes, durante y después de la presentación de la propuesta. La pregunta guía sería: ¿Qué quiero que hagan mis alumnos con el mensaje de la historia?

5. Por último, e igualmente importante, será clave determinar los criterios de evaluación de la propuesta.

Siguiendo estas recomendaciones, la tarea de crear un relato emocionante que dé cuenta de un contenido a enseñar, se tornará más simple, y permitirá que los alumnos desarrollen competencias o habilidades comunicacionales y de relación como: la escucha activa, la creatividad, la motivación, el trabajo colaborativo e incluso la empatía. Pero también impactará en su aprendizaje pues, múltiples experiencias muestran que el storytelling permite a los estudiantes entender más fácilmente temáticas complejas. Así, por ejemplo, para explicar en el marco de la materia Historia un proceso complejo como las acciones bélicas de Malvinas, se podría elegir hacerlo desde la mirada de un soldado argentino, de la madre de este último o incluso de un militar de alto rango que, siendo parte de aquel momento, puedan dar cuenta de las razones esenciales que generaron el conflicto entre Argentina y Gran Bretaña.

Otro aspecto interesante del Storytelling es que el acto de producir y contar historias que emocionen al tiempo que enseñen entreteniendo, excede la figura docente y por tanto los alumnos pueden ser los creadores de sus propias historias. Esto a su vez repercute en el aula al propiciar un ambiente relajado y participativo donde la curiosidad, la creatividad y el trabajo en equipo permitirán la construcción de un vínculo más cercano entre los estudiantes y sus docentes.

De este modo, la dinámica permitirá crecer en varios sentidos al motivar:

  • La reflexión a partir de historias con un tinte o significado personal, pues el relato se construye generalmente considerando el propio contexto, experiencia y perspectiva.
  • La colaboración a partir de la inclusión de perspectivas diferentes que entrarán quizás en conflicto o mostrarán ciertos contrastes, por lo que será fundamental intercambiar opiniones y experiencias, estimulando aún más el proceso creativo.
  • Y sobre todo será de gran aporte promover el desarrollo de la imaginación, la inspiración y la intuición, tres aspectos centrales que muchas veces quedan relegados en los procesos tradicionales de enseñanza.

Veamos a continuación y como cierre de este artículo cuál es la estructura básica a tener en cuenta a la hora de crear un relato de estas características:

Una introducción que presentará a los personajes, sus características (es importante ser descriptivo y detallista para que los estudiantes puedan visualizarlas e imaginarlas), el entorno en el que se desenvuelven y el contexto general.

Un desarrollo: que se enfocará en la narrativa contextualizando el ambiente y los personajes en el marco de la historia.

Un conflicto (o más de uno) que introducirá el problema al que se enfrentarán los protagonistas. Algunas preguntas que pueden ayudar a pensar este tramo del relato son: “¿Qué harías tú en este caso?”, “¿Qué tendrías en cuenta para tomar una decisión?”, “¿Cómo crees que se siente el personaje?”, “¿Por qué crees que actuó de esa manera?”.

Una resolución que traerá la solución al conflicto, al tiempo que se enfocará en explicar al grupo lo que ha sucedido y las consecuencias de ello.

Y cerrando el relato, una reflexión: que invite a los estudiantes a pensar la historia, sus personajes, el conflicto y la solución.

La invitación está hecha, y estoy convencida que será fructífera, pues el Storytelling ha llegado al contexto educativo para permitir que el acto de enseñar se convierta en algo tan maravilloso e inolvidable como aquellos cuentos que aún recordamos de nuestra propia infancia. ¡Manos a la obra!

Rosana Fernández

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