Pedagogía

Interacciones en ambientes educativos virtuales

Por Manuel Moreno Castañeda
Ex Rector del Sistema de Universidad Virtual en la Universidad de Guadalajara
Dr. en Educación y Mgtr. en Desarrollo Educativo Vía Medios
Coordinador del Espacio Común de Educación Superior en Línea de la UDUAL (2016-2018)
Doctor honoris causa de la Universidad de los Ángeles de Chimbote del Perú y por la Universidad Virtual del estado de Michoacán.

Jueves, 23 de septiembre de 2021

En este año 2021 estamos viviendo momentos críticos para la humanidad y observamos notables avances científicos y tecnológicos como aportes a mejores condiciones de salud; modos diversos y rápidos para informarnos y comunicarnos; más eficientes medios para transportarnos; mejoramiento en la producción de alimentos y diversas maneras y estrategias de diversión, entre muchos otros.

Sin embargo, los beneficios de estos aportes se distribuyen de manera inequitativa e injusta; millones de personas viven en la pobreza; la migración obligada por el hambre y la violencia no cesa; persisten la discriminación y la violación de los derechos humanos junto con la sobreexplotación de los trabajadores y más injusticias. A esto se agregan desastres naturales en parte causados por acciones de la propia humanidad. Es así como, mientras escribo este texto, sufrimos la desgracia de la pandemia del COVID-19, que nos muestra que no sólo se globaliza la comunicación, la economía y la cultura, sino también las enfermedades.

En este contexto, pleno de contradicciones, los sistemas académicos y sus instituciones se están percatando de algo que ya sabían pero no querían recordar: sus estructuras organizacionales y modos de gestión académica, no están preparados para la incertidumbre que caracteriza a los procesos sociales en su complejidad. Seguido a ello, se suma el hecho de que, si no habían resuelto los viejos problemas educativos de coberturas inequitativas y calidad no satisfecha, menos podrían con los nuevos conflictos por su rezago en comparación con los procesos de globalización económica y cultural, y los avances científicos y tecnológicos que parecen difíciles de alcanzar por las instituciones académicas. Es precisamente debido a sus rigideces burocráticas y lentos procesos de adaptación a nuevas realidades, que evidencia la triste paradoja basada en que siendo instituciones creadas para que la gente aprenda, ellas mismas tienen problemas de aprendizaje. Ante esta situación, hay más preguntas que respuestas, como las que se hace Yuval Noah Harari en su obra “21 lecciones para el siglo XXI” (Harari, 2018) ante la gran abundancia de información disponible, sea que la busquemos o que nos llenen de ella sin pedirlo, “En un mundo inundado de información irrelevante, la claridad es poder” (Harari, p.7) “¿Qué está ocurriendo ahora mismo? ¿Cuáles son los mayores retos y opciones hoy en día? ¿A qué debemos poner atención? ¿Qué tenemos que enseñar a nuestros hijos?” (Ibid).

No podemos hablar de respuestas únicas y útiles para todo y para todos, pero sí partir de ideas que a manera de premisas provisorias nos ayuden a orientar nuestros estudios y búsquedas, entre las que se encuentran las siguientes:

1. Como humanidad siempre hemos sido y seremos sociedad de la información y el conocimiento. Lo que ahora sucede es lo que se ha dado en llamar 4ª Revolución Industrial Digital, por la que la información y el conocimiento han acrecentado su valor comercial. 

2. La calidad no depende de las modalidades o las tecnologías instrumentadas, sino de los procesos educativos esenciales, a la vez que éstos de las personas en relación, aprendiendo en comunión. 

3. La educación es un proceso esencialmente relacional y es en las interacciones educativas donde reside fundamentalmente su calidad y trascendencia.  

Desde una visión panorámica, la educación como proceso global, integral y permanente se ha dado y se da en todos los espacios y momentos de la humanidad, como en todos los espacios y momentos de nuestras vidas personales. También se concreta en la educación que se formaliza en las instituciones académicas. De este modo, desde esos ámbitos, en lo individual y planetario, y viendo la educación en su carácter relacional, es necesario no perder de vista nuestro vínculo con la naturaleza, de la que como especie humana formamos parte, y nuestros vínculos humanos.

En este contexto, y específicamente en lo académico, puede ser interesante preguntarnos ¿cómo suceden las relaciones e interacciones educativas en los ambientes académicos y de manera específica en los ambientes educativos virtuales?

Frida Díaz Barriga desde una visión constructivista sociocultural nos dice que:

“Desde esta perspectiva, la clave de los procesos formales y escolares de enseñanza y aprendizaje reside en las relaciones al interior del llamado triángulo interactivo o triángulo didáctico: la actividad educativa del profesor, las actividades de aprendizaje de los alumnos y el contenido objeto de enseñanza y aprendizaje en un sentido amplio.” (Díaz Barriga, 2006, p. 14).

Es importante no perder de vista que lo esencial no está en la modalidad académica, si ésta solo se refiere a las circunstancias en que se vivieron los procesos educativos. La importancia está en éstos y en sus interacciones y en cómo éstas nos llevan a los propósitos educativos deseados y su trascendencia que puede ser la de superar las situaciones injustas antes dichas y lograr una mejor relación entre las personas y con la naturaleza. De ahí el cuidado que hay que tener en que las relaciones educativas que vivamos sean congruentes con los valores sociales a que aspiramos. Para ello, invito a que reflexionemos en torno a seis modos de interacción educativa:

1. La interacción con la realidad que pretendemos aprender sea ésta directa o mediada que, en este último caso, puede ser personal o instrumental.

2. Interacciones personales, uno a uno entre pares o multidireccional. ¿Qué deciden y hacen los docentes? ¿Qué deciden y hacen los estudiantes?

3. Interacción con el conocimiento, en una relación pasiva de transmisión-recepción-repetición o una relación activa que trasciende en la creación de nuevos conocimientos.

4. Las interacciones intra e interinstitucionales.

5. La relación entre las instituciones académicas y la sociedad.

6. La interacción con los medios, que puede ser una relación alienada o una incorporación apropiada, por ser propia y adecuada-adaptada.

Las interacciones suceden de manera espontánea, ya sea desde la institución o desde la docencia. En el primer caso hay que saber conocerlas y sentirlas para aprovecharlas, y en el segundo gestarlas y gestionarlas en favor de los ambientes, procesos y resultados educativos deseados. Las interacciones resultan significativas en el sentido que las define Kristi Jauregi: “En cualquier caso podemos afirmar que la interacción es significativa cuando el resultado final alcanzado por los interlocutores en la realización de la tarea es superior a lo que conseguirían llevándolo a cabo solos”. (Jauregi, 2013, p.6)  

En la proliferación de modalidades académicas que suelen definirse por la diversidad de circunstancias espaciotemporales en que suceden y la forma en que se instrumentan, los procesos educativos que se planean y viven con las interacciones que se dan en ellos, pueden o no adquirir sus especificidades. Entre las actuales modalidades académicas me referiré a tres: la modalidad 100% presencial áulica; la modalidad 100% virtual y dada la gran variedad de matices y mezclas que puede haber entre esos dos extremos, me referiré a una tercera como combinada.

Bajo el presupuesto de que dichas modalidades se definen más por las circunstancias en que suceden los procesos educativos y es en éstos donde se dan las interacciones educativas esenciales, es que me referiré a cuándo y cómo se dan en la educación formalmente institucionalizada, es decir en la que sucede en las instituciones académicas.

Una de las claves está en la relación con uno mismo, con nuestro sentir y pensar, en los procesos de reflexión e interiorización, en ese hablarse con uno mismo para la toma de conciencia sobre nuestro ser y hacer pedagógico. Introspección e intra-aprendizaje son imprescindibles, sea cual sea el entorno o modalidad académica en que trabajemos.     

Por otra parte, podemos ver que, durante la pandemia, es en las Interacciones personales, entre estudiantes, estudiantes con docentes, entre docentes y más, hubo más mediaciones familiares. En lo áulico, se dan cara a cara, se perciben de cerca expresiones orales y corporales, prácticamente se participa con todos los sentidos.  En la virtualidad las relaciones son mediadas tecnológicamente, dado que en los medios predominan las expresiones orales, y visuales y entre éstas la lectoescritura; los sentidos participantes son la vista y el oído, aunque pueden ser evocados los demás sentidos. En las modalidades combinadas se dan las dos posibilidades.

Las relaciones con el objeto de estudio pueden ser activas o pasivas, directas o mediadas. Las mediaciones pueden ser personales o tecnológicas, y ambas se dan en todo tipo de modalidad, con la diferencia de que, en el aula es más accesible el medio y más sencillo su uso, -un lápiz, la pizarra, el cuaderno, el mapa, el libro, los instrumentos del laboratorio- mientras que en la virtualidad los medios están más alejados de la apropiación por parte de los educandos y de los educadores.

También nos encontramos con las interacciones con el contexto a partir de, y hacia las situaciones concretas en que se ubica y realiza nuestro quehacer pedagógico. “Cuando uno se asume como educador lo hace como un ser de relación, y la pedagogía se ocupa del sentido de esa relación” (Gutiérrez y Prieto, 2007, p.11)

En la interacción con los medios tecnológicos que utilizamos en las mediaciones pedagógicas, hay una apropiación en el sentido de que o nos apropiamos de ellos y los adecuamos a nuestros procesos educativos, o ellos se apropian de nosotros y nos alienamos.

Viéndolo desde un enfoque transmodal, donde no hay que partir de modalidades predeterminadas impuestas, sino de situaciones educativas concretas desde las cuales, y en las cuales las distintas modalidades cobran sentido, habrá que ver las posibilidades de su combinación: ¿mezclamos tiempos sincrónicos con asincrónicos? ¿espacios físicos con virtuales? ¿instrumentos análogos con digitales? En estos casos sólo estamos mezclando elementos circunstanciales, que pudieran o no incidir en los procesos educativos esenciales y sus interacciones. Como casos en que se vincula lo esencial tenemos: vincular el aprendizaje independiente con la intervención docente; el estudio autogestionado con el colaborativo; la gestión y trayectorias curriculares institucionales, con la libre gestión y trayectoria curricular; la evaluación institucional que requiere el sistema para certificar el aprendizaje, con la evaluación como proceso formativo que da lugar a la libre expresión de lo aprendido, con procedimientos como la autoevaluación y la coevaluación. Todo lo cual puede suceder tanto en ambientes áulicos como virtuales.

Desde luego, cualquier cambio en las interacciones educativas vigentes, implica repensar y replantear las relaciones de educandos y educadores con la organización institucional y sus procedimientos administrativos. 

Reflexiones sobre lo aprendido

A continuación, deseo compartirles las siguientes reflexiones que de ninguna manera son conclusiones, pues en educación como en otros procesos sociales, difícilmente podemos hacer afirmaciones definitivas. Por lo tanto, tómense los siguientes párrafos como ideas que comparto según mis experiencias vividas y las conocidas acerca de las interacciones educativas en diversos ambientes educativos, entre ellos los ambientes virtuales. 

Con la educación a distancia en ambientes virtuales, no se trata de eliminar distancias espaciales, sino de propiciar las distancias adecuadas a cada situación educativa.

Con las nuevas TIC se ha dado mucha importancia a la rapidez, no importa tanto lo rápido que aprendamos, sino vivir los tiempos apropiados según los aprendizajes que se esperan.

Es importante comprender las diferencias e interacciones entre los procesos educativos esenciales que caracterizan el modelo académico y las circunstancias espaciotemporales y organizacionales con la correspondiente instrumentación en que suceden, siendo esto lo que suele definir las modalidades. La vinculación entre estas dos dimensiones se logra desde una visión tecno-pedagógica en la que lo esencial y lo instrumental se fusionan.

Es significativo intentar no caer en el falso dilema de decidir entre lo virtual y lo áulico presencial, dado que la virtualidad es parte de la realidad. En este sentido, lo valioso pedagógicamente es pensar y propiciar las interacciones educativas en sus diversas modalidades. Como lo plantea Luz Adriana Osorio al hablar de los ambientes híbridos de aprendizaje “Estas ventajas combinadas con los encuentros cara a cara y una mayor interacción social e instruccional, enriquecen el ambiente de aprendizaje”. (Osorio, 2011, pp. 8-9)

El fin último es transitar hacia nuevas alternativas con nuevas relaciones educativas que nos lleven hacia mejores condiciones de vida y convivencia con la naturaleza y los demás seres humanos.  

Referencias

Díaz Barriga Arceo, Frida. (2006) Enseñanza situada. Vínculo entre la escuela y la vida. México, D. F. McGraw-Hill.

Gutiérrez Pérez, F y Prieto Castillo D. (2007) La mediación pedagógica. Apuntes para una educación a distancia alternativa. Buenos Aires. Editorial Stella. La Crujía ediciones.    

Harari Yuval Noah (2018) Formato digital. 21 lecciones para el siglo XXI. Barcelona. Debate. Penguin Random House grupo Editorial.  

Jauregi Kristi (2013) La interacción, elemento clave en el proceso de aprendizaje de E/LE. En: Blecua Beatriz et al. (Eds.) Plurilingüismo y enseñanza de ELE en contextos multiculturales. ASELE. Consultado el 19/09/2021 en:  https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5421064. Pp.5-16.

Osorio Gómez, Luz Adriana. (2011) Interacción en ambientes híbridos de aprendizaje. Metáfora del continuum Barcelona. Editorial UOC.

Manuel Moreno Castañeda

1 comentario

  • Estimado colega. Aprecio tu trabajo en el cual relacionas, con una visión integral, cabos sueltos que hay que tomar en cuenta en una educaciòn de calidad. y dejas señalados, puntos clave perfectamente välidos y por tomar en cuenta en la gestión mintegral del riesgo.
    En el ámbito que me ocupa y que conoces, es gratificante leer sobre GIRD sin que se haga desde los rutinarios y repetitivos enfoques del del desastre y la adversidad, lo que abunda, por el contrario proponer otros medios para promover la vida. como lo dices, fortalecer el vinculo ser humano naturaleza, en fin salirse del sesto para ver la habitación, engrandecerla y de esta manera el sesto de la adversidad cada vez será más pequeño.
    Un fuerte abrazo.