Por Juan Pablo Balmaceda
Prof. en Ciencias de la Educación
Docente en la Cátedra de Teorías del Aprendizaje de la UNC
Coordinador del Dpto. Estrategias de Estudio de la ESCMB (Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano)
Ilustración de Nicolás Lepka para el Taller de Estrategias para Estudiar de la ESCMB.
Frente al actual panorama que transitamos quienes trabajamos en el campo educativo, particularmente en las instituciones escolares, se vuelve necesario una nueva apuesta didáctica y pedagógica por transformar el tipo de mediaciones que construimos con los estudiantes a través de nuestras propuestas de enseñanza en las aulas. Ello se ve reflejado en los novedosos modos en que se juega la relación entre la forma y el contenido.
En las siguientes líneas me propongo compartir algunas reflexiones y recomendaciones respecto a la importancia de acompañar los procesos de aprendizaje que intentan provocar las prácticas de enseñanza, con la construcción de estrategias que orienten y organicen el proceso de estudio en el marco de una educación “combinada” o en “alternancia” entre la presencialidad y la virtualidad, focalizado en esta última.
Bien sabemos que mediante las actividades y consignas que solicitamos, la importancia no sólo radica en la apropiación de los contenidos a ser enseñados sino también en los tipos de desafíos cognitivos que acompañan las tareas: analizar, comparar, debatir, explicar, reflexionar, relacionar, argumentar, operar, resolver, etc. De esta manera, existe un desafío sumamente importante en la tarea del docente: explicar los conocimientos transmitidos y las heterogéneas formas en cómo les pedimos que se apropien de los mismos porque de ello derivan los procesos de evaluación y acreditación que condicionan exclusivamente los aprendizajes. Claro está que dicha responsabilidad no puede quedar a merced sólo de los sujetos que aprenden, es responsabilidad de todos los sujetos que intervenimos en la situación educativa.
Con la aparición de la pandemia causada por COVID-19 y el pasaje de la presencialidad a la virtualidad en las escuelas durante 2020, todo el sistema educativo junto con sus actores principales (docentes y estudiantes) pusieron en marcha un plan que incluía el ensayo de, -entre muchas dimensiones-:
1. la utilización de herramientas, plataformas y medios digitales variados para sostener las clases a través de encuentros sincrónicos y asincrónicos;
2. la garantía de una infraestructura tecnológica posible que permitiera la continuidad pedagógica;
3. las reconfiguraciones vinculares entre las familias y las escuelas para acompañar los procesos de aprendizajes posibles.
Estos ensayos reconocidos, valorados, evaluados y traducidos durante el ciclo lectivo anterior en diversas experiencias educativas fueron y siguen siendo desiguales tanto en el acceso tecnológico como en las posibilidades y condiciones en las que se generan los procesos de aprendizajes. En este sentido, considero relevante el aporte que tiene la enseñanza de estrategias de estudio para acompañar a los estudiantes en contextos donde conviven y/o convivirán la virtualidad con la presencialidad.
La implicancia de las estrategias para estudiar y aprender
Las estrategias de estudio hacen referencia al proceso de toma de decisiones de forma intencional y consciente para el logro de objetivos y metas vinculados al aprendizaje. Las estrategias son personales y no tienen un carácter universal por lo que no pueden ser enseñadas pero sí aprendidas. ¿Qué quiere decir esto? Cada estudiante pone en juego estrategias diferentes debido a que poseen trayectorias diversas; las estrategias pueden ser similares pero su puesta en marcha está condicionada por los sujetos y su contexto. Los docentes, en cambio, sí podemos acompañar con herramientas que puedan mejorar, potenciar, revisar y transformar las estrategias de cada estudiante.
Tengo la certeza de que si en nuestras propuestas incluimos actividades en esta dirección, las posibilidades de aprender serían mayores y más significativas ya que nuestras mediaciones contribuirán a un trabajo que focalice los procesos más que los resultados en sí mismos.
A continuación, propongo una serie de estrategias para pensar en el acompañamiento que podemos realizar como docentes a los estudiantes en estos tiempos donde se vuelve indispensable reforzar las mediaciones posibles en el actual contexto:
Estrategias vinculadas a las tareas: ¿planteamos actividades que ayuden a distribuir y ordenar las tareas que les proponemos? ¿Colaboramos con documentos explicativos complementarios o foros acerca de cómo se deben realizar las consignas? ¿Ofrecemos momentos de lectura y comprensión de lo que solicitamos hacer reconociendo las intencionalidades? Como se darán cuenta no se trata explícitamente del contenido sino los modos en los que les proponemos que traten el mismo. La organización de las tareas requiere también de la búsqueda y selección de los materiales necesarios para su realización, ¿de qué manera lo visibilizamos?
Estrategias vinculadas al tiempo: podría expresar que el tiempo es el recurso más escaso que tenemos. En estos tiempos, aparece el principio de la incertidumbre en detrimento de las rutinas que formaban parte de nuestra vida cotidiana por lo que la organización del tiempo escolar y el tiempo en general se han transformado y, en muchos casos, de acuerdo a la dinámica familiar o las gestiones que las propias escuelas y docentes hacen del mismo, ¿advertimos estas consideraciones? ¿Cómo incluimos la organización del tiempo según las tareas? En este sentido, hay que considerar que existe una dimensión activa del tiempo por el cual tenemos la posibilidad de construirlo, no siempre está dado y no siempre se refiere a los horarios o la cantidad de horas, ¿qué hacemos con ese tiempo? ¿Ofrecemos momentos de armado de cronogramas personales que atiendan los tipos de tareas en conjunto con los ritmos de cada estudiante? ¿Generamos actividades que relacionen el tiempo con la distribución y orden de los contenidos jerarquizándolos de acuerdo a su dificultad, por ejemplo? Indudablemente, este tipo de estrategias puede ser considerada como transversal a las demás.
Estrategias vinculadas al espacio: los espacios son diversos y somos los propios sujetos quienes les asignamos diferentes funciones de acuerdo a los objetivos que nos proponemos con ellos. Entre la presencialidad y la virtualidad, las características de los espacios han mutado involucrando también al hogar y otorgándole una nueva función, la escolar. ¿Colaboramos en la organización de esos espacios y qué actividades les proponemos para ello? ¿Incluimos en el análisis las posibilidades de los nuevos protocolos con las limitaciones que ello supone para realizar cierto tipo de actividades como los trabajos grupales? ¿Cómo organizamos nuestras aulas virtuales para los estudiantes? ¿Favorecemos a que los estudiantes puedan reorganizar y asignar una función escolar a un espacio que genuinamente no lo cumple como la habitación, la cocina, el comedor? Las explicaciones que realizamos de las actividades propuestas también deben incluir las consideraciones respecto al espacio.
Estrategias vinculadas a los recursos: en este contexto es importante advertir que muchas de las tareas incluyen diversos recursos donde se requiere un saber técnico además de lo que hay que realizar como consigna. En este sentido, la utilización de diferentes aplicaciones, plataformas y programas debe complementarse con la creación de tutoriales que expliquen el uso de aquellos recursos ya que si un estudiante no lo sabe no podría hacer la actividad propuesta. Es fundamental esta advertencia ya que a veces con intenciones de innovar y crear nuevas situaciones de aprendizajes nos olvidamos de que previamente hay que tener cierto manejo del recurso que utilicemos para nuestras clases. Los tutoriales pueden ser de creación propia y también se puede indagar por otros lugares siempre teniendo en cuenta las intencionalidades de las actividades que son situadas.
Estrategias vinculadas a los aprendizajes construidos: las herramientas que podamos generar para favorecer la construcción de este tipo de estrategias con los estudiantes es muy importante ya que podrían visualizar el camino que vienen trazando y realizar los ajustes, las mejoras o las modificaciones necesarias de forma consciente. Podríamos relacionarlo con la autoevaluación y los procesos metacognitivos. Preguntas como: ¿qué aprendiste?, ¿qué contenido y actividad te costó más y por qué?, ¿cuáles fueron los conceptos principales en esta unidad?, ¿cómo resolvimos la actividad?, ¿esta actividad la podrías haber realizado de otra manera?, ¿cuáles fueron las principales dificultades y las principales fortalezas? Sirven para crear espacios de devoluciones y explicaciones por parte de los estudiantes respecto a cómo van construyendo sus propios procesos de aprendizaje y así los docentes tener un panorama de cómo continuar, en qué detenerse, qué agregar o quitar atendiendo el ritmo del grupo de clase.
Para finalizar
Son muchos los desafíos que se suman a la complejidad del trabajo docente en estos tiempos. Las estrategias descriptas están en constante relación unas con otras al momento de reflexionar sobre la práctica de estudio y de aprendizaje. Considero fundamental que en nuestras planificaciones y propuestas se incluyan la enseñanza de los modos en que solicitamos que se apropien de los contenidos a través de estrategias que favorezcan aprendizajes significativos. Es una apuesta pedagógica que colabora en contrarrestar las desigualdades que existen, a partir de las diferentes condiciones en las que se encuentran los estudiantes actualmente. Se trata de construir un piso común del cual los docentes también somos responsables y se relaciona con la dimensión ética de nuestra profesión.
Referencias
- Balmaceda, J.; Carignano, M. y Reisin, P. (2021) Módulo Estrategias de Estudio. Material de estudio del Curso “Herramientas básicas para el aprendizaje en los estudios superiores”. ESCMB.
Agregar comentario